¡Despiértate, tú que duermes!

Dormir es necesario para que tu cuerpo repose, para relajarte y tener un descanso. Dormir también es importante para mejorar tu productividad y tu desempeño. Sin embargo, hay veces que dormir es inapropiado, y también hay veces que es inapropiado dormir demasiado tiempo.  

Cuando estás dormido, tus ojos están cerrados. Ya no tienes vista ni visión. Estar dormido, por consiguiente, es perder la vista y la visión. Estar dormido es perder la conciencia y el conocimiento de lo que te rodea. Estar dormido es estar inconsciente del peligro. Por esta razón, ¡Dios dice que debes despertarte de tu sueño y de tu somnolencia!

El Obispo Dag Heward-Mills nos recuerda en este libro que siempre hay movimiento y cambio cuando caminas con el Señor. La vida de un cristiano debe estar llena de movimiento, llena de actividad, llena de batallas. ¡Despiértate, tú que duermes! No es hora de dormir. 

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Dormir es necesario para que tu cuerpo repose, para relajarte y tener un descanso. Dormir también es importante para mejorar tu productividad y tu desempeño. Sin embargo, hay veces que dormir es inapropiado, y también hay veces que es inapropiado dormir demasiado tiempo.  

Cuando estás dormido, tus ojos están cerrados. Ya no tienes vista ni visión. Estar dormido, por consiguiente, es perder la vista y la visión. Estar dormido es perder la conciencia y el conocimiento de lo que te rodea. Estar dormido es estar inconsciente del peligro. Por esta razón, ¡Dios dice que debes despertarte de tu sueño y de tu somnolencia!

El Obispo Dag Heward-Mills nos recuerda en este libro que siempre hay movimiento y cambio cuando caminas con el Señor. La vida de un cristiano debe estar llena de movimiento, llena de actividad, llena de batallas. ¡Despiértate, tú que duermes! No es hora de dormir. 

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