El mundo es el lugar en el que vivimos, pero el mundo es mucho más que eso. Si el mundo únicamente fuera esta tierra, no habría mucho más que vencer que asegurarnos de no ahogarnos en el río o en el océano, o asegurarnos de no caernos de un árbol alto.   ¿Por qué debemos vencer al mundo? ¿Por qué habría yo de necesitar vencer al planeta tierra? ¿No es el mundo simplemete la tierra que Dios creó? Estas son las preguntas que podríamos hacernos de manera genuina después de leer el versículo en 1 Juan 5:5. Quizás no lo comprendamos, pero la Escritura es muy clara en cuanto a que el mundo es algo que hay que vencer.  Célebre autor, profeta y maestro, el obispo Dag Heward-Mills, en esta obra maesta nos muestra que el mundo en realidad es una combinación del lugar, la gente y los espíritus que habitan la tierra; ellos componen el mundo malvado en el que vivimos, y esta combinación crea una fuerte presión sobre cada creyente. Esta fuerte presión es la que debemos vencer. Por eso la Escritura dice: “¿Quién es el que vence al mundo?”.n ¡No te conformes a este mundo! ¡No ames al mundo! ¡No tengas amistad con el mundo! ¡Que los afanes del mundo no te destruyan! ¡Tú ya venciste al mundo! ¿Quién es el que vence al mundo? ¡Tú eres el que vence al mundo hoy!

Hoy en día, podemos hacer muchas pequeñas cosas que tendrán un gran impacto en la misión global de edificar el reino de Dios. Si dedicamos un poco más de esfuerzo, tiempo y dinero para promover la causa de Cristo, si mostramos un poco más de interés por las almas perdidas y nos preocupamos un poco más por nuestro prójimo, marcaremos una gran diferencia. ¿Puedes hacer un poco más? ¡Este es un llamado que no podemos ignorar! ¿Puedes hacer un poco más?

Muchos pastores frustrados se han hecho esta pregunta: «¿Por qué no funciona esta iglesia?». Te sientes identificado con la pregunta, ¿verdad? Puedes ser un pastor recién nombrado, un misionero a las naciones, un pastor que está comenzando un anexo de una iglesia exitosa... ¡y la lista continúa! Esta es una pregunta para la que muchos de nosotros necesitamos una respuesta. Con su habitual estilo práctico y realista, Dag Heward-Mills, autor de libros de gran éxito, aborda la pregunta que requiere respuesta. De lectura obligada para cualquiera que esté pastoreando una iglesia, para quien esté interesado en compartir el evangelio de Jesucristo y atraer a las personas hacia Dios.

Quien no use los talentos dados por Dios para el bien del reino, representa la imagen de la sal que ha perdido su sabor. Los siervos sin frutos son un claro ejemplo de esto. Jesús dijo que un siervo improductivo no sirve para nada. Es importante que la sal haga sentir su presencia. Tu comida puede tener sal pero debe tener la cantidad suficiente para que surta efecto. Tú eres la sal de la tierra, ¡así que debes hacer sentir tu presencia en este mundo! ¿No sirves para nada en el reino? Este libro profético sobre la sal y su misteriosa influencia y utilidad profética para el reino de Dios, te permitirá contemplar en profundidad tu utilidad o falta de ella, para Dios. En este libro que invita a la reflexión, aprenderás lo que significa no servir para nada, al analizar y comprender la función de la sal en nuestra vida. ¡Que NO seas alguien que no sirve para nada!